PARIS Y SUS RINCONES ESCONDIDOS, PARTE 1
París, una evocadora ciudad, siempre asociada a hermosos monumentos, al arte y a la cultura que vibra en todas sus calles. Sin embargo, tras su monumental infraestructura e historia, se esconden lugares ocultos que hacen de esta metrópoli, una joya invaluable. Esta vez nos dimos a la tarea de descubrir algunos de estos lugares que no son tan mencionados por esos intrépidos viajeros o por los mas asiduos turistas. Empezaremos por la Gran Mezquita de París, este estandarte construido al mejor estilo hispano morisco, que asemeja en gran parte a la Alhambra granadina, se encuentra a solo dos manzanas del Mundo Árabe y de la Universidad de Jussieu. Esta hermosa construcción cuenta con una extensión de más de 7000 metros cuadrados, y casi la mitad de estos están dedicados a sus jardines. Compuesta por un único minarete de 35 metros de alto. Al comienzo, en 1920 esta idea fue concebida como lugar de oración y como un memoria para los más de cien mil soldados musulmanes muertos, de diversas nacionalidades, entre ellas Marruecos, Argelia, Túnez y Senegal; durante la guerra del 14. Este edificio no solo alberga el gran templo, adicionalmente cuenta con sus baños de vapor, un almacén y una hermosa sala de te, donde podrás degustar un delicioso té a la menta con sus mágicos dulces orientales.
A tan solo un par de cuadras de este lugar se encuentra el Jardín de las Plantas, otro de esos lugares que te maravillan con solo entrar, creado por Luis XIII en 1635 como su jardín medicinal, y por muchos años ha servido como lugar de investigación para botánicos, farmacéuticos y medicos. Al final de la Revolución se convirtió en lo que actualmente es, un jardín botánico. Como complemento, en 1973 fue construido el Museo de Historia Natural, justo al lado del Jardín. También cuenta con uno de los zoológicos más antiguos del mundo, el Ménagerie; un par de árboles históricos, plantados desde 1734; una rosaleda, creada apenas en 1990 y que alberga más de 150 variedades de hermosas rosas europeas, y por supuesto su gigante Jardín alpino, compuesto por más de 2000 plantas de los Alpes, de los Pirineos, de Norte America y de los Himalayas.
Muy cerca de este lugar se encuentra la rotonda de la Bastilla, y justo detrás se encuentra el Viaducto de las Artes. Inicialmente este era la vieja linea del ferrocarril que comunicaba la Bastille con la Varenne-Saint-Maur, que quedo abandonada luego de la construcción de la red Express Regional y también de la nueva ópera donde estaba la antigua estación. En la actualidad, es un lugar destacado por sus Artesanías, bajo sus bóvedas se encuentran numerosos talleres de diseño, ebanistería, orfebreria, artes, elaboración de vidrio y muchas más clases de manualidades; este viaducto se extiende a lo largo de la avenida Daumesnil. En la parte alta, por donde pasaba el tren, se encuentra un hermoso paseo rodeado de naturaleza y delicados jardines, que van pasando entre los edificios. lo que hace de este lugar, un verdadero pulmón de la ciudad, que muchos usan para correr o simplemente para disfrutar del camino, en que en muchos casos de forma indiscreta puedes observar la vida de algunas personas a través de sus ventanas que dan justo con el sendero.
Cruzar el Jardín Hector Malot, cuyas terrazas más abajo del viaducto coronan un parking de 7 niveles. Luego de un kilometro de camino y de cruzar por un insólito edificio que es partido por el sendero, puedes cruzar un amplio espacio abierto, llamado el césped de Reuilly, que es atravesado por un puente elevado, pero que muchos usan sus campos para hacer un picnic, jugar con sus amigos o familiares o pasear sus caninos. Posteriormente se encuentra la estación de Reuilly, que actualmente es un túnel de unos 100 metros de longitud y que esta cuidadosamente decorado. Este primer tramo finaliza en un mirador, donde puedes contemplar las formas inventadas por los diseñadores Philippe Mathieux y Jacques Vergely cuando intentaron asociar la vegetación salvaje que crecía al lado del ferrocarril a un paisaje más domesticado.Pasado este camino, entras nuevamente a la urbe y caminas entre grandes edificios, en el que se encuentran zanjas y túneles, que dan inicio a un viaducto más ancho y en el que la naturaleza es más agreste, los arboles son muchos más grandes y la vegetación más tupida, durante unos minutos puedes sentirte que estas fuera de una gran metrópoli.
Fue una maravillosa caminada, por más de 4 kilómetros que finalizo en el majestuoso bosque de Vincennes, siendo el segundo pulmón de París después de bosque de Boulogne. Este debería ser un paseo ineludible, podrías gastar un día entero descubriendo cada rincón. Acá te sentirás lejos de las hordas de turistas, es un lugar muy familiar y muy local, lleno de mágicos lugares, desde el encantador Parc floral, sus cautivadores bosques, su inolvidable lago Daumesnil lleno de cisnes y patos, hasta una extensa red de ciclorutas, que recorren más de 17 km. También los aficionados a los deportes equinos, podran encontrar aquí un lugar perfecto para su practica; o simplemente los que disfrutan una buena caminada alrededor de este mágico lugar. No lejos del lago se oculta un templo budista, una joya que quedo luego de la exposición colonial de 1931. También podrás encontrar un antiguo jardín de agronomía tropical y hasta un Zoológico.
Esta aventura finalizo en el encantador Castillo de Vincennes, construido a finales del siglo XII y que hoy es la única residencia real francesa construida en la edad media que aun esta en pie. Este imponente castillo, compuesto por un torreón de más de 50 metros, es uno de los más grandes de Europa. rodeado por una gran muralla que recorre por un poco más de 1 km de longitud y coronada por 9 torres, y protegida por un foso de 27 metros de altura. Con el paso del tiempo tuvo innumerables transformaciones, desde ser una casa de campo hasta transformarse en una prisión real, donde memorables personajes estuvieron presos, desde Diderot hasta el marqués de sade. Finalmente se encuentra la Saint Chapelle, una iluminada y sobria iglesia, que en un principio deseaba parecerse a su hermana construida en la Lie de la Cité.
París, una evocadora ciudad, siempre asociada a hermosos monumentos, al arte y a la cultura que vibra en todas sus calles. Sin embargo, tras su monumental infraestructura e historia, se esconden lugares ocultos que hacen de esta metrópoli, una joya invaluable. Esta vez nos dimos a la tarea de descubrir algunos de estos lugares que no son tan mencionados por esos intrépidos viajeros o por los mas asiduos turistas. Empezaremos por la Gran Mezquita de París, este estandarte construido al mejor estilo hispano morisco, que asemeja en gran parte a la Alhambra granadina, se encuentra a solo dos manzanas del Mundo Árabe y de la Universidad de Jussieu. Esta hermosa construcción cuenta con una extensión de más de 7000 metros cuadrados, y casi la mitad de estos están dedicados a sus jardines. Compuesta por un único minarete de 35 metros de alto. Al comienzo, en 1920 esta idea fue concebida como lugar de oración y como un memoria para los más de cien mil soldados musulmanes muertos, de diversas nacionalidades, entre ellas Marruecos, Argelia, Túnez y Senegal; durante la guerra del 14. Este edificio no solo alberga el gran templo, adicionalmente cuenta con sus baños de vapor, un almacén y una hermosa sala de te, donde podrás degustar un delicioso té a la menta con sus mágicos dulces orientales. 
A tan solo un par de cuadras de este lugar se encuentra el Jardín de las Plantas, otro de esos lugares que te maravillan con solo entrar, creado por Luis XIII en 1635 como su jardín medicinal, y por muchos años ha servido como lugar de investigación para botánicos, farmacéuticos y medicos. Al final de la Revolución se convirtió en lo que actualmente es, un jardín botánico. Como complemento, en 1973 fue construido el Museo de Historia Natural, justo al lado del Jardín. También cuenta con uno de los zoológicos más antiguos del mundo, el Ménagerie; un par de árboles históricos, plantados desde 1734; una rosaleda, creada apenas en 1990 y que alberga más de 150 variedades de hermosas rosas europeas, y por supuesto su gigante Jardín alpino, compuesto por más de 2000 plantas de los Alpes, de los Pirineos, de Norte America y de los Himalayas.
Muy cerca de este lugar se encuentra la rotonda de la Bastilla, y justo detrás se encuentra el Viaducto de las Artes. Inicialmente este era la vieja linea del ferrocarril que comunicaba la Bastille con la Varenne-Saint-Maur, que quedo abandonada luego de la construcción de la red Express Regional y también de la nueva ópera donde estaba la antigua estación. En la actualidad, es un lugar destacado por sus Artesanías, bajo sus bóvedas se encuentran numerosos talleres de diseño, ebanistería, orfebreria, artes, elaboración de vidrio y muchas más clases de manualidades; este viaducto se extiende a lo largo de la avenida Daumesnil. En la parte alta, por donde pasaba el tren, se encuentra un hermoso paseo rodeado de naturaleza y delicados jardines, que van pasando entre los edificios. lo que hace de este lugar, un verdadero pulmón de la ciudad, que muchos usan para correr o simplemente para disfrutar del camino, en que en muchos casos de forma indiscreta puedes observar la vida de algunas personas a través de sus ventanas que dan justo con el sendero. 
Cruzar el Jardín Hector Malot, cuyas terrazas más abajo del viaducto coronan un parking de 7 niveles. Luego de un kilometro de camino y de cruzar por un insólito edificio que es partido por el sendero, puedes cruzar un amplio espacio abierto, llamado el césped de Reuilly, que es atravesado por un puente elevado, pero que muchos usan sus campos para hacer un picnic, jugar con sus amigos o familiares o pasear sus caninos. Posteriormente se encuentra la estación de Reuilly, que actualmente es un túnel de unos 100 metros de longitud y que esta cuidadosamente decorado. Este primer tramo finaliza en un mirador, donde puedes contemplar las formas inventadas por los diseñadores Philippe Mathieux y Jacques Vergely cuando intentaron asociar la vegetación salvaje que crecía al lado del ferrocarril a un paisaje más domesticado.Pasado este camino, entras nuevamente a la urbe y caminas entre grandes edificios, en el que se encuentran zanjas y túneles, que dan inicio a un viaducto más ancho y en el que la naturaleza es más agreste, los arboles son muchos más grandes y la vegetación más tupida, durante unos minutos puedes sentirte que estas fuera de una gran metrópoli.
Fue una maravillosa caminada, por más de 4 kilómetros que finalizo en el majestuoso bosque de Vincennes, siendo el segundo pulmón de París después de bosque de Boulogne. Este debería ser un paseo ineludible, podrías gastar un día entero descubriendo cada rincón. Acá te sentirás lejos de las hordas de turistas, es un lugar muy familiar y muy local, lleno de mágicos lugares, desde el encantador Parc floral, sus cautivadores bosques, su inolvidable lago Daumesnil lleno de cisnes y patos, hasta una extensa red de ciclorutas, que recorren más de 17 km. También los aficionados a los deportes equinos, podran encontrar aquí un lugar perfecto para su practica; o simplemente los que disfrutan una buena caminada alrededor de este mágico lugar. No lejos del lago se oculta un templo budista, una joya que quedo luego de la exposición colonial de 1931. También podrás encontrar un antiguo jardín de agronomía tropical y hasta un Zoológico.
Esta aventura finalizo en el encantador Castillo de Vincennes, construido a finales del siglo XII y que hoy es la única residencia real francesa construida en la edad media que aun esta en pie. Este imponente castillo, compuesto por un torreón de más de 50 metros, es uno de los más grandes de Europa. rodeado por una gran muralla que recorre por un poco más de 1 km de longitud y coronada por 9 torres, y protegida por un foso de 27 metros de altura. Con el paso del tiempo tuvo innumerables transformaciones, desde ser una casa de campo hasta transformarse en una prisión real, donde memorables personajes estuvieron presos, desde Diderot hasta el marqués de sade. Finalmente se encuentra la Saint Chapelle, una iluminada y sobria iglesia, que en un principio deseaba parecerse a su hermana construida en la Lie de la Cité. 
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta pagina. Un cordial saludo