martes, 13 de diciembre de 2022

Un adiós cargado de Pura Vida

 

Mi último día en Costa Rica comenzaría por el típico desayuno con Gallo Pinto, el cual comí con mucho gusto, porque en realidad necesitaba recuperar energías de la caminata del día anterior y los otros 10 kilómetros que me esperaban en la mañana de este Domingo. Caminamos un poco por donde ya habíamos pasado el día anterior, pero lo hicimos con más calma, pues el día sería mucho más lindo y despejado.

Esta vez conocimos  un par de lugares nuevos, entre ellos el Chinatown, el primer barrio en su tipo en una ciudad centroamericana. La zona comenzó a desarrollarse como un núcleo comercial y eje de influencia china durante las últimas décadas del siglo XX, básicamente con la instalación de supermercados, tiendas y algunos restaurantes cuyos propietarios son orientales.


Cómo ya prácticamente conocíamos todo el centro, nos dejamos llevar por muchas de las callecitas del Distrito el Carmen y del barrio Amón. Allí estuvimos descubriendo rincones y construcciones hermosas, con coloridos grafitis, en conjunción con la naturaleza y aquellas más curiosas, por ejemplo el busto en homenaje a Carlos Gardel o la casa The Free Bird, una casa super encerrada con este particular nombre, un poco irónico.



En el camino rodeamos el Parque Zoológico y Jardín Botánico Nacional Simón Bolívar, que al inicio pensamos que era solamente un Jardín Botánico, pero al conocer que era más un Zoológico no nos interesó mucho entrar.  


Nuestra última parada sería el Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, ubicado en una pequeña cima en un barrio un poco complejo, en la explanada de la Antigua Penitenciaría. Este lugar fue inaugurado el 27 de abril de 1994.


El centro dispone de áreas muy diferentes, entre ellas el museo de los niños, un teatro y una galería de exposiciones; pero también el museo penitenciario. El Museo de los Niños es uno de los museos más visitados de San José, que se convirtió en el primer museo de su tipo en Centroamérica y el cuarto en América Latina. Entre la gran diversidad de exposiciones que el museo alberga, destacan la salas del Ser humano, Ciencias físicas y la del Universo.


En este mismo edificio se alberga el Museo Penitenciario, un poco extraño al lado del museo de los niños y la vida que este espacio genera, pero es importante la reflexión en el pasado para ayudar a formar un mejor futuro.



Más de 105 años de historia está recopilada en 545 metros cuadrados, constituidos por 24 celdas, ambientes sonoros, escenografía, esculturas, vitrinas, cédulas de identidad y elementos originales, muestran la historia de lo que fue la antigua Cárcel Central de San José.


Este proyecto muestra toda la historia que encierra este centro penal, las atrocidades que ahí se cometieron, los sistemas de lenguaje y expresión, historias y testimonios de los involucrados, fugas y motines, organización informal (bandas, tráfico de drogas y armas), modos de vida de la población penal, su cierre, abandono de las instalaciones y finalmente la recuperación del edificio, para convertirse en este maravilloso lugar.


Durante nuestro recorrido, otra de esas mágicas casualidades, fue coincidir con una visita personalizada a la Galería Nacional, con Paulina Ortiz la coordinadora de la "X Bienal Internacional de arte textil contemporáneo WTA".


Una exposición Gestionada por el Énfasis en Textiles de la Escuela de Arte y Comunicación Visual de la Universidad Nacional en Costa Rica, con la participación de más de 30 artistas costarricenses, algunas de ellas estuvieron presentes en este recorrido contándonos de sus obras.


Pudimos observar algunas obras bidimensionales, otras escultóricas e instalaciones construidas con diversos materiales que, incorporan fibras propias de cultivos de nuestro país como la cabuya, el algodón, el ramio y el abacá y la experimentación con nuevos materiales que ofrecen otras posibilidades técnicas y expresivas como tierra, madera, bambú, cabello humano y piedras, transformados en obras matéricas con gran poder sugestivo. 





Así terminaría nuestro paso por este mágico país, de paisajes naturales inigualables, de personas muy amables y alegres, en donde acumularíamos maravillosos recuerdos, cargados de pura vida. 

viernes, 9 de diciembre de 2022

Chepe-ando

Nuestro tour por San José (Costa Rica) comenzó con una confortable caminata hasta un inmenso espacio verde, el parque Sabana, una zona de 72 hectáreas dedicadas al deporte, la cultura y la recreación, en las cuales se ve a muchas familias disfrutar el espacio.  Por su tamaño y ubicación, constituye el principal y más grande espacio abierto para uso público en la capital, un parque con múltiples opciones de esparcimiento, de gran riqueza por su flora, fauna y con facilidades de acceso.

En el Parque se ubica el majestuoso Estadio Nacional, en el cual justo ese día se presentaría Morat, una banda de pop Colombiana, y donde ya vería una importante fila de fans muy jóvenes esperando la entrada muchas horas después.


Un cambio radical comenzó a experimentar el Parque Metropolitano desde el año 2011 con el Proyecto de Rearborización  “Una nueva Sabana”, donde se encontró la necesidad de sustituir más de tres mil árboles enfermos o muertos. Además, a pesar de la cantidad de árboles existentes, en su mayoría, las especies eran exóticas.

Por lo tanto se comenzaron a plantar más de cinco mil nuevos árboles de especies nativas, con el objetivo de convertir a La Sabana en un ecosistema ideal para que más aves se desarrollaran. En el año 2019 se completó la meta y desde entonces, La Sabana exhibe una nueva flora con más especies autóctonas.  En el 2011 se contabilizaban 13 especies de aves, mientras que en el 2019 se registraron más de 135, muchas de ellas las pude escuchar y ver durante mi recorrido.


Luego continuamos nuestro camino hasta llegar a la Avenida Central Rogelio Fernández Güell, que es la vía basal y más antigua de la ciudad de San José, y que fue bautizada en honor a Rogelio Fernández, destacado opositor a la dictadura de Federico Tinoco y cuyo martirio sirvió para derrocar dicho gobierno autoritario.​ La avenida Central es una de las avenidas más concurridas de San José, anualmente es transitado por más de 3 millones de personas. Este es un estratégico bulevar de tránsito peatonal, a su paso te podrás encontrar varios puntos de referencia tanto a nivel económico como cultural de la capital. Entre los diferentes lugares de interés que te podrás encontrar en esta zona están el emblemático Banco Central, la plaza de los Presentes y la plaza de la Cultura, donde podrás disfrutar admirando uno de los edificios con más peso histórico y cultural de Costa Rica, el Teatro Nacional.


Caminando por esta vía llegamos hasta el pintoresco Mercado Central, el cual es el más grande de la ciudad,  que está en pie desde 1880, y declarado patrimonio cultural en 1995, porque en él se palpa la tradición y la vida de la ciudad. Es un entramado laberíntico de callejones donde te puedes sorprender con pequeñas tiendas con hermosos descubrimientos, personajes, colores, plantas medicinales, helados de sorbetera, condimentos, comidas tradicionales y los más variados productos a la venta. Aquí nos perdimos un buen rato curioseando la vida dentro de este lugar tan mágico, y que finalizamos con unos deliciosos patacones. 


Al salir el cielo se había revelado y comenzaba a llover un poco, así que abrimos el paraguas y apuramos el paso, pasando por el parque central. Este es el espacio público más antiguo de San José. Este parque es muy importante en la historia Tica, en este sitio se recibió y confirmó el Ayuntamiento de San José, la Declaración de Independencia de Centroamérica en 1821. En 1837 existió en ese lugar una plaza mayor con un teatro de paja para ofrecer espectáculos, en los cuales cada quien debía llevar sus sillas. En la esquina suroeste de esa plaza murieron fusilados el general Francisco Morazán y Vicente Villaseñor, el 15 de septiembre de 1842. Actualmente el parque es muy utilizado para eventos musicales, exposiciones, ventas o actividades recreativas de carácter público.



El agua arreció un poco más y debimos buscar un lugar cercano donde pasar un rato mientras escampaba, y es así como llegamos un par de cuadras del parque central al Mercado de la Artesanía, lleno de pequeños locales llenos de artesanías, souvenir y muchos colores. Este espacio  fue construido en el 2014, y nació de la necesidad de que los vendedores ambulantes tuvieran un espacio fijo donde establecerse.


Continuamos nuestro camino hasta llegar al Parque Morazán, uno de los espacios urbanos más importantes de esta capital, ya que está rodeado de importantes edificios históricos y sitios públicos. Bautizado en homenaje a Francisco Morazán, jefe de Estado del país durante 1842 y caudillo de la Unión Centroamericana, se destaca por su neoclásico Templo de la Música, construido por el arquitecto y pintor costarricense José Francisco Salazar y declarado Patrimonio Histórico Arquitectónico, una réplica casi exacta del Templo del Amor y la Música ubicado en el Palacio de Versalles, Francia y se caracteriza por tener una acústica casi perfecta. 


En busca de un cafecito caliente para calmar el frío, caminamos un par de cuadras a la redonda del parque Morazán, y por casualidad encontramos esta joya escondida, el Café Rojo. Y es que es una joya, no solo por su hermosa arquitectura o sus deliciosos cafés, si no por sus preparaciones frescas y artesanal inspiradas en la comida vietnamita, con diversas opciones para veganos y celíacos, pero también por ser un espacio seguro para la comunidad LGBTI.




En nuestro trayecto hacia el barrio Escalante, pasamos por el parque que quizás más me gustaría de la capital, el parque España. Este es un parque que se distingue por su gran cantidad de árboles y sus manglares de bambú.


Pasear por sus senderos mientras oyes los cantos de los pájaros es una de las mejores sensaciones que te podrás llevar de San José. Fue inaugurado en 1895 y en él los músicos José María Zeledón Brenes y Manuel María Gutiérrez interpretaron por primera vez en 1903 el himno nacional de Costa Rica. A su alrededor hay importantes construcciones, como la Casa Amarilla, con su estilo barroco español, y que fue la residencia presidencial y la Asamblea Legislativa.



Al frente está la ceiba que plantó el presidente estadounidense John F. Kennedy en su visita a Costa Rica en 1963. En la esquina noroeste del parque te encontrarás con el Pabellón, un edificio de estilo colonial de 1947, y en el que en su fachada hay una representación en cerámica de la Virgen de Orosi y la catedral de Heredia.


Como gran parte de este tour, las hermosas casualidades guiaron nuestro día, y esta vez mientras buscábamos un baño, nos topamos con la Fiesta Nacional de la Lectura, en su primera edición.



Esta fue en la nave principal de la Antigua Aduana, en Barrio Escalante, donde se reunieron diferentes escritores, librerías y editoriales de diferentes zonas del país, además de proyectos de instituciones y organizaciones no gubernamentales. Recorrimos un poco los stands, hablamos con algunos escritores, hablamos sobre libros que recomendamos y nos topamos con el libro Don Camilo, que Gonzalo me regalaría, un bonito detalle. 


Luego de una larga caminata, llegamos al barrio Escalante, uno de los más fancys de la ciudad, y donde están los restaurantes y bares más costosos, y como nos merecíamos una cerveza, entramos a la Costa Rica Beer Factory, donde probamos un par de cervezas artesanales, muy deliciosas. 



Pero por sus altos costos, decidimos continuar nuestro camino hacia el barrio California (conocido popularmente como La Cali), y es muy conocido por su vida nocturna tanto por su cantidad de bares, clubes y restaurantes como las miles de personas que lo concurren, especialmente jóvenes en fines de semana. Allí comimos unos suculentos tacos y un par de cervezas. Finalmente, tendríamos una larga caminata de regreso a nuestro hostal, para completar 18 kilómetros en total durante este maravilloso tour por gran parte de la zona céntrica de San José. Sin embargo, aún faltarían un par de joyas por descubrir y que te estaré contando en una próxima entrada.

martes, 6 de diciembre de 2022

Un paraíso de aves en Costa Rica

Desde mi llegada a la Isla Venado, incluso en el camino hacia ella, una de las cosas que más me sorprendió, fue la cantidad de especies de aves, y es que a donde vaya ya no pasan desapercibidos estos maravillosos seres, que están ahí como viejos guardianes que cuidan nuestros pasos. Se considera que esta es la zona más importante para las aves playeras del país. De hecho, las 44 especies de aves playeras registradas en Costa Rica se han observado en la zona. Y aunque no era el propósito del viaje, es bonito tener la oportunidad de apreciar una pequeña muestra de las más de 800 especies que habitan este país, incluyendo el imponente quetzal, con quien tendría un momentáneo encuentro. Les comparto un poema de León Triba que describe la vida alrededor de estas aves en este territorio:

"El pescador lanza la atarraya
larga y cargada de tristezas
en ese silencio cómplice
del bamboleo del mar.
En la piel de los arrecifes
descansa una parvada de pelícanos,
las lanchas quedas
arriesgan una luna más.
Los manglares hacen fósiles
de las inconfundibles huellas
de una espátula rosada
y las largas canillas de las garzas.
Manos curtidas por el sol,
los fracasos de la jornada
ungen en el barro
la última esperanza del día,
con chinchorros, anzuelos,
canoas de incertidumbre,
regresan hasta una arena
cargada de memórias e histórias"

La espátula rosada es un ave grande que mide unos 71 cm, es espléndida a la distancia y resulta extraña de cerca. Por lo general se la encuentra en pequeñas bandadas, a menudo junto a otras aves limícolas, en este caso se le veía al lado de las garzas y garzones en la playa. Las espátulas se alimentan en aguas poco profundas; caminan lentamente mientras mueven la cabeza de lado a lado y filtran el lodo con sus picos anchos y planos. Como los flamencos y corocoras, el color de su plumaje viene de las ricas fuentes de pigmentos carotenoides que se encuentran en los invertebrados que consume.

 

La garza tigre, es una garza de aspecto primitivo, grande pero con patas cortas, con aproximadamente 80 centímetros y un peso de hasta 1.2 kilogramos. Esta garza habita en manglares y humedales de agua dulce en tierras bajas tropicales, y se puede encontrar en México, América Central y hasta el norte de Colombia. Usualmente se le ve en sitios arbolados, como en mi caso, pero también en lagunas de humedales abiertos. Suele también seguir los riachuelos pequeños de selva profunda y rara vez camina a la intemperie; a menudo está activa en la noche. Tiene la garganta amarilla y desnuda en todos los plumajes y patas verdosas. El adulto tiene mejillas grises, plumaje finamente barrado y muslos café oxidado. El inmaduro presenta un barrado negruzco y café encendido muy visible (de ahí el nombre de Garza Tigre). Es una ave solitaria, a menudo se halla de pie jorobando el cuello por largos períodos al borde del agua, a la espera de su presa.


Las fragatas son aves marinas que logran volar durante meses sin posarse en algún lugar, y llegan a cubrir hasta 410 kilómetros en promedio cada día, gracias a su conocimiento de las condiciones atmosféricas. En su viaje, necesitan ahorrar toda la energía posible para enfrentarse a tan largas distancias, es por esto que se mantienen en altitudes entre los 30 y los 2.000 metros, hasta alcanzar un punto donde no necesitan batir demasiado las alas, y durante el vuelo realizan movimientos circulares para engancharse a las corrientes ascendentes que se originan bajo los cúmulos. Busca su alimento desde el aire, volando cerca del agua para capturar presas sobre la superficie o cerca de ella, intentando no tocar el agua, pues no posee plumas adaptadas al agua. Busca alimento del mismo modo sobre la tierra, capturando a su presa en la playa sin aterrizar. También se alimenta mediante piratería, es decir, al perseguir a otras aves y obligarlas a que suelten o desembuchen su alimento. El pico grisáceo es largo, fuerte y con forma de gancho, mientras que sus alas son grandes en relación al tamaño corporal del ave, al igual que su cola bifurcada. Los machos poseen un saco gular rojo, que utilizan para almacenar alimento, pero también lo inflan en sus rituales de cortejo.


El loro frente blanca es bastante pequeño, 25 a 28 cm de largo, y se considera que es el más pequeño de los loros Amazonas. Habita tierras tropicales a baja altura. Lo podemos encontrar en áreas semiabiertas con árboles dispersos, bosques y fragmentos de bosque, en áreas secas y más húmedas. Tienen principalmente plumaje verde con color azul en sus alas extendidas, y tiene la frente blanca, la cara roja, y el pico amarillento. En vuelo, el macho muestra una mancha roja en el borde delantero del ala.


El pelícano pardo es un ave acuática muy común, que tiene presencia en toda la costa pacífica costarricense. Es conocido también como buchón o pelícano alcatraz. Estos pelícanos son expertos pescadores, su forma de capturar los peces es impresionante. Desde las alturas, los pelícanos se lanzan hacia el agua cuando ven un banco de peces, realizando unas zambullidas espectaculares. Su cuello alargado y gran pico con una bolsa, les permite almacenar peces de hasta un peso aproximado a los 4 kilogramos. Pueden verse solos, en pareja o bandadas, tanto en el mar, las playas como en los manglares. Uno de los sitios más conocidos donde se sabe que nidifican estos pelícanos en Costa Rica es la Isla Guayabo en el golfo de Nicoya. Esta isla de 6 hectáreas es una reserva biológica y un lugar destinado para la conservación de esta especie de ave.

La garza blanca es un ave de gran tamaño, mide de pico a cola entre 80 y 105 cm, su envergadura alar está entre 130 y 170 cm. Esta ave es figura estilizada, largo cuello y coloración blanca, con un diseño variable según la edad y la época del año. Tiene el pico amarillo y las patas negras con dedos negros. La especie es parcialmente migratoria. Es una de las garzas más ampliamente distribuidas por el mundo, ya que ocupa todos los continentes salvo la Antártida. En vuelo adopta la postura característica de las garzas, con el cuello encogido en forma de “S” y las patas estiradas sobresaliendo por detrás de la cola. Se adapta bien al hábitat humanizado y puede ser vista fácilmente cerca de humedales y cuerpos de agua en zonas urbanas y suburbanas.


El zanate mexicano​​ es un ave grande y delgada con corona plana y cola larga. Los machos son de color negro brillante, mientras que las hembras son marrones con la ceja y la garganta más claras. Sus ojos varían entre amarillos a blancos; oscuros en los inmaduros. Los machos tienen colas muy largas, casi tan largas como su cuerpo, a menudo sostenidas en una forma de V, y las hembras son más pequeñas. Su canto es una mezcla de sonidos fuertes y estridentes. No son muy buenos voladores, por lo que pasan mucho tiempo posados o caminando; solo vuelan distancias cortas, prefieren no alejarse mucho de su refugio. Es un ave omnívora: puede comer casi cualquier cosa, desde insectos, pequeños roedores, pequeños reptiles, frutas, hasta restos de comida humana o alimentos para mascotas. Es un ave social, forma grupos de entre 80 y 300 miembros, que se organizan a su vez en grupos más reducidos, de 15 a 20, para salir por alimento.

 

La Garza Nivea es de tamaño mediano, más pequeña que la Garza Blanca. El plumaje de un blanco puro de esta especie y las delicadas plumas que cuelgan de su cabeza, cuello y dorso, tienen justa fama por su belleza, erizan sus plumas para exhibirse en el nido. Tiene un lorum amarillo (área entre el ojo y el pico). Los adultos tienen patas negras y los inmaduros tienen patas y pies amarillo verdosos. Suele vivir en manglares de aguas dulces o saladas. Se alimenta de día, correteando en busca de peces y pequeños animales. A veces hurga el fondo del agua con sus pies, para hacer salir a sus presas. Se reúne en grandes bandadas para dormir sobre los árboles, donde anida en colonias.


La lora copete amarillo, como es comúnmente llamada en Costa Rica. Es un loro de tamaño grande, que tiene 35.5 - 38 cm de largo y pesa alrededor de 480 g. Estas hermosas aves de color verde con nunca amarilla, el pico es de color gris, y presenta un anillo ocular de color gris y el iris ámbar. La cola presenta una faja terminal ancha verde amarillenta, con un color rojo por la base de la cola que normalmente está cubierta. Viven en parejas y forman bandadas para perchar en los árboles de mangle durante la tarde y pasar la noche en sitios dormideros. Debido a la extracción para el comercio ilegal las ha puesto en “peligro crítico de extinción”, condenándolas a vivir el resto de su vida en cautiverio, donde son sometidas a espacios muy reducidos que les impide el vuelo. Los trastornos nutricionales a los cuales son sometidas provocan obesidad, desnutrición y malformación en su estructura ósea. Este conocido loro, en Costa Rica lo podemos encontrar en el bosque seco, como lo es el habitát de Isla Venado. Es muy sociable, se conglomeran en grupos de hasta 30 individuos.



lunes, 5 de diciembre de 2022

Isla Venado, un tesoro escondido en el Pacifico costarricense.

Una pequeña sonrisa se dibujaba en mis labios al despertar y observar el mar a lo lejos por el gran ventanal que justo daba frente a mi cama. Este gran día comenzaría con un delicioso desayuno, unas ricas tortillas de maíz (muy parecidas a nuestras arepas amarillas) con huevo, queso y maduro. Mientras llegaba el bus, caminamos un poco por los alrededores reconociendo el contexto, hablando con los pescadores que alistaban sus atarrayas y sus instrumentos de pesca. Llegamos a la playa y observamos un bello paisaje de marea baja, con sus lanchas paradas, habitadas por las garzas, garzones y gallinazos; y muy tranquilamente caminaban por la playa las espátulas rosadas buscando alimento. 

Luego de un rato de esperar el bus que no llegaría, decidimos poco a poco salir caminando hacia nuestra próxima parada que sería la granja. El camino es bastante hermoso, entre la rica fauna y flora, hermosas palmeras, extraños árboles, diversas flores, sonidos de pájaros. Pasamos por varias playas, entre ellas la playa coto y la playa española. Como era domingo, pocas personas andaban por ahí caminando, la mayoría estaban atendiendo los cultos religiosos, muchos de ellos evangélicos o bautistas, los cuales veríamos bastante concurridos a nuestro paso.

Luego de varios kilómetros de caminar entre el sol y la sombra dada por algunas zonas boscosas, llegamos a la iniciativa agroecológica de Adesag, donde estuvimos escuchando como ha sido el proceso de siembra, cosecha y distribución de algunos productos.


Visitamos el invernadero, en el cual están cultivando algunos productos como tomate, pimientos, calabacines, cilantro, entre otros.




Al final estuvimos conversando sobre cuáles han sido los retos y las fortalezas, y algunas recomendaciones que planteamos desde la red, como el ajuste de la ventilación en el invernadero, la visibilización de la iniciativa dentro y fuera de la isla, aprovechando el incremento de la actividad turística, entre otras recomendaciones.


Continuamos caminando un par de kilómetros más hasta nuestro punto de embarque, pasando por la Florida, donde hay otra cancha y la actividad futbolera femenina estaría bastante activa y emocionante, aun cuando el sol arreciaba en pleno medio día.

Llegamos a la peña, donde esperamos un rato a la llegada de nuestra lancha. Allí se encuentra otra de las iniciativas de la comunidad, una iniciativa de mujeres alrededor del cultivo de ostras, en ese momento veríamos a una de las mujeres, ya mayor, remando en su pequeña barca. Este par de iniciativas demuestran una importante participación y empoderamiento de las mujeres en algunos proyectos y en la vida cotidiana de la isla, aun cuando falta una mayor participación en los espacios de decisión y una mayor visibilización de sus acciones.


Embarcamos en nuestra lancha y fuimos de nuevo a almorzar al restaurante flotante, disfrutando de las delicias que allí preparan. Continuamos de nuevo nuestro camino de regreso, y el cielo empezaba a cerrarse, esquivamos mágicamente una pequeña tormenta, pero antes de llegar no tuvimos escapatoria y terminamos empapados. Justo al llegar nos estaban esperando algunos de los líderes en el centro de acopio, para conversar con nosotros, así que sin llegar a cambiarnos nos dispusimos a escucharlos.


Fue una reunión bastante interesante en la que escuchamos un poco de la historia de los proyectos, retos, dificultades y oportunidades. Entre ellos sobre la reducción de la actividad de pesca, por la posible sobreexplotación, y recambio de actividad económica por el incremento del turismo, y los retos en sostenibilidad que lleva consigo, pero también hablábamos sobre cómo fue el proceso de instalación del sistema de acueducto y la participación comunitaria en su construcción. Asimismo, se evidenciaron importantes barreras de acceso a la atención oportuna en salud, además de la falta de conectividad en educación, entre otras problemáticas. Se resalta la ausencia de voces femeninas en este espacio, por parte de los participantes de la isla, además de la división en ciertas posturas, unas tendientes a querer realizar proyectos más sostenibles, que promuevan la conservación de su biodiversidad; y otras tendientes a apostarle a un turismo más expansivo.


Cómo mencionamos en el informe “Visita a la isla Venado: una mirada desde la red Multibien”, esta comunidad ha construido un reconocimiento social y mejoramiento de las condiciones de vida con el apoyo de la Universidad Nacional de Costa Rica, a partir de los esfuerzos conjuntos de los propios habitantes y extensionistas (cuerpo académico y técnico y estudiantado). Entre ellas se resaltan la formación de los líderes y lideresas, el fortalecimiento de organizaciones locales, la creación de alternativas para generar ingresos, la mejora de la infraestructura de la isla, el mantenimiento y potenciación de las prácticas tradicionales, y la apertura a nuevas experiencias apoyadas por la investigación para mejorar las prácticas de la comunidad.


En este sentido hemos recomendado seguir avanzando en el mejoramiento de las condiciones y capacidades de las personas residentes. Por ejemplo, el desarrollo de alternativas productivas para los pescadores, especialmente la maricultura sostenible, como las ya existentes (criaderos de peces, de ostras y de camarones. Asimismo, continuar trabajando con respecto al disfrute de sus derechos sociales como ciudadanos y ciudadanas y el acceso a las políticas y programas sociales (salud, educación, entre otras). Hemos podido observar que aún persisten procesos desiguales en el acceso a los servicios (como por ejemplo la frecuencia de la prestación del servicio médico) y programas (la acción preventiva y de promoción de salud) en comparación con el entorno urbano. Finalmente, recomendamos implementar un proyecto educativo y de extensión universitaria que incluya a los docentes y estudiantado de la universidad, como protagonistas de facilitar una serie de acciones en forma conjunta con las maestras y maestros de las tres escuelas y los demás actores educativos y comunitarios de la Isla. Este proyecto se fundamentaría en tres ejes, en el que se encuentren la educación formal, informal y la intergeneracionalidad.


Este gran día tuvo un gran cierre en compañía de este bonito grupo, entre cervezas y una deliciosa comida en la casa de la madre de Alan, quien nos prepararía unos camarones con mejillones en salsa de ostión. Y cómo no mencionar las historias de Alan, algunas de ellas con un poco de realismo mágico, como la perturbadora historia de su abuelo, y su contacto fantasmagórico con el hermano del pirata Morgan. 


El lunes me levanté tempranito y nos fuimos a caminar un poco hasta la playa Coto, pues no me quería ir de la isla sin estar un poco más al lado del mar, y meter así fuera un poco mis piecitos en el agua, aún cuando el miedo de que algún cocodrilo apareciera, pues estuvimos a la expectativa todo el fin de semana de su existencia en la isla.

El agua estaba un poco fría pero es muy sanador el agüita de mar, para el cuerpo y el espíritu. Regresamos a arreglarnos rápidamente, para ir a desayunar y tomar nuestras cosas para partir de nuevo hacia el continente, antes que la marea bajara y se complicase nuestra salida. 



El viaje de vuelta a la peña estuvo muy tranquilo y logramos llegar hasta el punto de desembarque sin embarrarnos como en la llegada.