lunes, 5 de diciembre de 2022

Isla Venado, un tesoro escondido en el Pacifico costarricense.

Una pequeña sonrisa se dibujaba en mis labios al despertar y observar el mar a lo lejos por el gran ventanal que justo daba frente a mi cama. Este gran día comenzaría con un delicioso desayuno, unas ricas tortillas de maíz (muy parecidas a nuestras arepas amarillas) con huevo, queso y maduro. Mientras llegaba el bus, caminamos un poco por los alrededores reconociendo el contexto, hablando con los pescadores que alistaban sus atarrayas y sus instrumentos de pesca. Llegamos a la playa y observamos un bello paisaje de marea baja, con sus lanchas paradas, habitadas por las garzas, garzones y gallinazos; y muy tranquilamente caminaban por la playa las espátulas rosadas buscando alimento. 

Luego de un rato de esperar el bus que no llegaría, decidimos poco a poco salir caminando hacia nuestra próxima parada que sería la granja. El camino es bastante hermoso, entre la rica fauna y flora, hermosas palmeras, extraños árboles, diversas flores, sonidos de pájaros. Pasamos por varias playas, entre ellas la playa coto y la playa española. Como era domingo, pocas personas andaban por ahí caminando, la mayoría estaban atendiendo los cultos religiosos, muchos de ellos evangélicos o bautistas, los cuales veríamos bastante concurridos a nuestro paso.

Luego de varios kilómetros de caminar entre el sol y la sombra dada por algunas zonas boscosas, llegamos a la iniciativa agroecológica de Adesag, donde estuvimos escuchando como ha sido el proceso de siembra, cosecha y distribución de algunos productos.


Visitamos el invernadero, en el cual están cultivando algunos productos como tomate, pimientos, calabacines, cilantro, entre otros.




Al final estuvimos conversando sobre cuáles han sido los retos y las fortalezas, y algunas recomendaciones que planteamos desde la red, como el ajuste de la ventilación en el invernadero, la visibilización de la iniciativa dentro y fuera de la isla, aprovechando el incremento de la actividad turística, entre otras recomendaciones.


Continuamos caminando un par de kilómetros más hasta nuestro punto de embarque, pasando por la Florida, donde hay otra cancha y la actividad futbolera femenina estaría bastante activa y emocionante, aun cuando el sol arreciaba en pleno medio día.

Llegamos a la peña, donde esperamos un rato a la llegada de nuestra lancha. Allí se encuentra otra de las iniciativas de la comunidad, una iniciativa de mujeres alrededor del cultivo de ostras, en ese momento veríamos a una de las mujeres, ya mayor, remando en su pequeña barca. Este par de iniciativas demuestran una importante participación y empoderamiento de las mujeres en algunos proyectos y en la vida cotidiana de la isla, aun cuando falta una mayor participación en los espacios de decisión y una mayor visibilización de sus acciones.


Embarcamos en nuestra lancha y fuimos de nuevo a almorzar al restaurante flotante, disfrutando de las delicias que allí preparan. Continuamos de nuevo nuestro camino de regreso, y el cielo empezaba a cerrarse, esquivamos mágicamente una pequeña tormenta, pero antes de llegar no tuvimos escapatoria y terminamos empapados. Justo al llegar nos estaban esperando algunos de los líderes en el centro de acopio, para conversar con nosotros, así que sin llegar a cambiarnos nos dispusimos a escucharlos.


Fue una reunión bastante interesante en la que escuchamos un poco de la historia de los proyectos, retos, dificultades y oportunidades. Entre ellos sobre la reducción de la actividad de pesca, por la posible sobreexplotación, y recambio de actividad económica por el incremento del turismo, y los retos en sostenibilidad que lleva consigo, pero también hablábamos sobre cómo fue el proceso de instalación del sistema de acueducto y la participación comunitaria en su construcción. Asimismo, se evidenciaron importantes barreras de acceso a la atención oportuna en salud, además de la falta de conectividad en educación, entre otras problemáticas. Se resalta la ausencia de voces femeninas en este espacio, por parte de los participantes de la isla, además de la división en ciertas posturas, unas tendientes a querer realizar proyectos más sostenibles, que promuevan la conservación de su biodiversidad; y otras tendientes a apostarle a un turismo más expansivo.


Cómo mencionamos en el informe “Visita a la isla Venado: una mirada desde la red Multibien”, esta comunidad ha construido un reconocimiento social y mejoramiento de las condiciones de vida con el apoyo de la Universidad Nacional de Costa Rica, a partir de los esfuerzos conjuntos de los propios habitantes y extensionistas (cuerpo académico y técnico y estudiantado). Entre ellas se resaltan la formación de los líderes y lideresas, el fortalecimiento de organizaciones locales, la creación de alternativas para generar ingresos, la mejora de la infraestructura de la isla, el mantenimiento y potenciación de las prácticas tradicionales, y la apertura a nuevas experiencias apoyadas por la investigación para mejorar las prácticas de la comunidad.


En este sentido hemos recomendado seguir avanzando en el mejoramiento de las condiciones y capacidades de las personas residentes. Por ejemplo, el desarrollo de alternativas productivas para los pescadores, especialmente la maricultura sostenible, como las ya existentes (criaderos de peces, de ostras y de camarones. Asimismo, continuar trabajando con respecto al disfrute de sus derechos sociales como ciudadanos y ciudadanas y el acceso a las políticas y programas sociales (salud, educación, entre otras). Hemos podido observar que aún persisten procesos desiguales en el acceso a los servicios (como por ejemplo la frecuencia de la prestación del servicio médico) y programas (la acción preventiva y de promoción de salud) en comparación con el entorno urbano. Finalmente, recomendamos implementar un proyecto educativo y de extensión universitaria que incluya a los docentes y estudiantado de la universidad, como protagonistas de facilitar una serie de acciones en forma conjunta con las maestras y maestros de las tres escuelas y los demás actores educativos y comunitarios de la Isla. Este proyecto se fundamentaría en tres ejes, en el que se encuentren la educación formal, informal y la intergeneracionalidad.


Este gran día tuvo un gran cierre en compañía de este bonito grupo, entre cervezas y una deliciosa comida en la casa de la madre de Alan, quien nos prepararía unos camarones con mejillones en salsa de ostión. Y cómo no mencionar las historias de Alan, algunas de ellas con un poco de realismo mágico, como la perturbadora historia de su abuelo, y su contacto fantasmagórico con el hermano del pirata Morgan. 


El lunes me levanté tempranito y nos fuimos a caminar un poco hasta la playa Coto, pues no me quería ir de la isla sin estar un poco más al lado del mar, y meter así fuera un poco mis piecitos en el agua, aún cuando el miedo de que algún cocodrilo apareciera, pues estuvimos a la expectativa todo el fin de semana de su existencia en la isla.

El agua estaba un poco fría pero es muy sanador el agüita de mar, para el cuerpo y el espíritu. Regresamos a arreglarnos rápidamente, para ir a desayunar y tomar nuestras cosas para partir de nuevo hacia el continente, antes que la marea bajara y se complicase nuestra salida. 



El viaje de vuelta a la peña estuvo muy tranquilo y logramos llegar hasta el punto de desembarque sin embarrarnos como en la llegada.




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