jueves, 1 de diciembre de 2022

Una mágica llegada a la Isla Venado, un tesoro escondido en el Pacifico costarricense.

Mientras los primeros rayos del sol atravesaban el cristal de la pequeña buseta; íbamos dejando la ciudad. Este sería el comienzo de un gran viaje con este caluroso grupo al que pertenezco hace unos años, la Red Multibien, del cual conversaremos en una próxima entrada.

Poco a poco nos fuimos adentrando entre verdes y majestuosas montañas, muy parecidas a nuestras montañas colombianas.
Luego de un par de horas ya estábamos frente al imponente océano Pacifico, donde transitamos paralelamente a tan hermoso paisaje.

Llegamos a Punta Arenas donde tomamos el ferry que durante aproximadamente hora y media nos llevaría hasta la playa Naranjo, en el golfo de Nicoya. Durante el viaje se pueden apreciar las hermosas vistas del Golfo, sus islas, vegetación y vida silvestre.

Este es un paisaje impresionante marino y costero, de zonas húmedas, peñas, mangles extensos y una gran biodiversidad. En Costa Rica los mangles están protegidos, ya que cumplen una función importante para la vida acuática. 



Jorge Arturo Jiménez, director de Marviva, comentó en La Voz de Guanacaste algunas de las principales dificultades que enfrenta este territorio, y que se encuentran diagnosticadas en el “Atlas marino-costero del golfo de Nicoya”. Jorge menciona que el golfo dejó de ser la principal área de pesca artesanal del país por la reducción de las poblaciones de peces, debido a la sobreexplotación, y la contaminación de las aguas del río Tempisque por pesticidas y contaminantes orgánicos, donde se ha encontrado que la calidad del agua no es apta para usos agrícolas y que algunas playas turísticas cercanas al golfo tienen niveles de contaminación fecal demasiado altos. 

Asimismo, se está convirtiendo en un gran receptor de los desechos plásticos de la meseta central, encontrándose que no solo hay microplásticos en las aguas, sino también dentro de los peces.  El desarrollo costero que provoca una mayor eliminación de manglares también afecta a los ciclos naturales del golfo y amenaza el hábitat del Colibrí de Manglar (Amazilia boucardi), endémico de Costa Rica.


Frente a los retos que impone el cambio climático se advierte que las aguas del golfo son cada vez más calientes, los oleajes más agresivos y que además el nivel del agua está aumentando, lo que incrementa la vulnerabilidad en la infraestructura urbana y portuaria de la región. Debido a que no se ha desarrollado una coordinación entre las regiones de planificación socioeconómica y aquellas de planificación ambiental; se hace necesario generar una mejor planificación del espacio marino y sus litorales, teniendo en cuenta el aumento del nivel del mar, la frecuencia en las tormentas, y una mayor sequedad y calidez en la atmósfera.



Para esto se requiere generar estrategias de adaptación al cambio climático para garantizar el bienestar y la calidad de vida de sus habitantes. Se resalta la “Estrategia Regional para el Manejo y Conservación de los Manglares del Golfo de Nicoya 2019-2030”, cuyo objetivo principal es la conservación del ecosistema de manglares, deteniendo su disminución y deforestación en el golfo.

Antes de llegar a la playa Naranjo, pasamos por una de las islas del Golfo y con una de las historias más interesante, la Isla San Lucas, en la cual se encuentra la antigua Cárcel de San Lucas, donde estaría preso uno de los escritores más brillantes de Costa Rica, José León Sánchez, cuyo libro más destacado es la Isla de los hombres solos, donde precisamente cuenta la historia de su presidio y de las duras condiciones en las cuales estaría recluido por 20 años, una obra testimonial ícono de los derechos humanos de un hombre inocente, como dice el en libro “Por la libertad yo hubiese dado una mano y un ojo, y quizás las dos manos y también los dos ojos”. Tristemente moriría durante nuestra estancia en el país, el 15 de noviembre de 2022. 

Llegamos a la playa Naranjo, donde continuamos unos kilómetros más en nuestro autobús, hasta llegar al punto de embarque de la Penca, que debido a la marea baja (quizás cada vez más pronunciada debido al cambio climático) deberíamos caminar entre el fango para tomar la Lancha camino al restaurante flotante.


El restaurante flotante “Proyecto de camarón” es un proyecto que nació producto de la pandemia de la Covid-19, cuando a las pescadoras y los pescadores les quedaron las jaulas llenas de camarones cultivados y no podían comercializar, por lo que decidieron crear el restaurante y abrirlo en la Semana Santa del año 2021, pues los turistas no solo llegaban a conocer el procedimiento de cultivo, sino que deseaban comer en el lugar.


Ahora no solo ofrecen camarones o ceviche con arroz o al ajillo, sino que es posible comer unas deliciosas pianguas, langosta, corvina, pargo, entre otras. La producción de camarón también es utilizada para venderla a las pescadoras y los pescadores artesanales para usarlos como carnadas, como parte de la pesca responsable. Al inicio hacían rifas y otras actividades para recaudar fondos, y poco a poco han tenido apoyo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y encadenamientos del Parque Marino que los ayudaron con materiales y subsidios.

En el camino a isla venado podemos apreciar numerosas islas tales como Chira, Caballo, Cedros y Bejuco que juntas albergan infinidad de especies de aves y fauna diversa. Las aves que anidan en su follaje y el fango en sus raíces protegen almejas, cancros y gambas. Se considera la zona más importante para las aves playeras del país. De hecho, las 44 especies de aves playeras registradas en Costa Rica se han observado en la zona. En una próxima entrada hablaré más detalladamente de mi experiencia con las aves de este territorio.


Finalmente llegamos a la isla Venado, una pequeña isla perteneciente al distrito peninsular de Lepanto, cerca de las islas Bejuco y Caballo, con una población de alrededor de 1200 habitantes. Cuenta con una superficie de 6,5 km², la cual mantiene un 95% de bosque tropical seco con una gran riqueza en fauna y flora, además se encuentra rodeada de manglares.

Las comunidades locales son principalmente pescadores con recursos limitados y escasas oportunidades de trabajo fuera de una industria relacionada con la pesca. Aun así, la isla tiene un gran potencial turístico (turismo comunitario) por la riqueza de sus ecosistemas (por ejemplo, su potencial para el aviturismo) y por las habilidades de sus habitantes, tanto para compartir sus tradiciones culturales, conocimientos y prácticas cotidianas.



No obstante, la sostenibilidad de los recursos naturales es un desafío que debería tomar una mayor importancia, como lo han mencionado algunos de sus habitantes, más aún con los impactos progresivos del cambio climático. Por ejemplo, el uso adecuado del agua (la cual es potable), el manejo adecuado de los residuos sólidos producidos en la isla, entre otros.


Durante nuestro tránsito de la zona continental a la isla identificamos inicialmente que las condiciones de embarque y desembarque son complejas cuando la marea está baja, y que se irá complejizando con el cambio climático. Esto genera una barrera en el acceso y la salida de la isla, no solo para los y las turistas, sino más importante para la atención de emergencias y urgencias de salud, para los y las residentes y visitantes. Asuntos que nos permitirán analizar la situación de adaptación al cambio climático en nuestro litoral Antioqueño.


Igualmente observamos que es importante fortalecer las prácticas de prevención del riesgo y los protocolos de seguridad con relación al cuidado que se debe tomar con

as personas visitantes (
como el uso de salvavidas); así como la formación de los y las habitantes de la isla para este tipo de iniciativas turísticas sostenibles.


A nuestra llegada, nos recibieron muy amablemente, y rápidamente nos ubicaron en nuestras cabinas El Atardecer.




Yo compartiría muy feliz la mía con mis compañeros Gonzalo y Julio (dos excelentes compañeros de cuarto), una habitación que cotidianamente es la peluquería de la zona, lo cual nos pareció bastante gracioso. Aquí dormimos bastante cómodos, con una muy buena ubicación y una vista perfecta. 


Paralelamente a nuestra llegada, los habitantes de la isla estaban bastante emocionados con su equipo de fútbol femenino que al parecer tiene un muy buen desempeño, no solo a nivel local, sino también a nivel nacional. Durante nuestro paso, veríamos muy activas a las mujeres jugando en las dos canchas de la isla.

Poco a poco iba cayendo la tarde, y el clima se iba transformando, de un hermoso atardecer rápidamente se transformaría en una fuerte tormenta, la cual soportamos en el quiosco de la zona.




Este gran día terminaría con unos deliciosos camarones al ajillo, un par de cervezas y una agradable conversación. Pero este es solo una pequeña parte de las grandiosas experiencias que aún faltan por contar.




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