viernes, 9 de diciembre de 2022

Chepe-ando

Nuestro tour por San José (Costa Rica) comenzó con una confortable caminata hasta un inmenso espacio verde, el parque Sabana, una zona de 72 hectáreas dedicadas al deporte, la cultura y la recreación, en las cuales se ve a muchas familias disfrutar el espacio.  Por su tamaño y ubicación, constituye el principal y más grande espacio abierto para uso público en la capital, un parque con múltiples opciones de esparcimiento, de gran riqueza por su flora, fauna y con facilidades de acceso.

En el Parque se ubica el majestuoso Estadio Nacional, en el cual justo ese día se presentaría Morat, una banda de pop Colombiana, y donde ya vería una importante fila de fans muy jóvenes esperando la entrada muchas horas después.


Un cambio radical comenzó a experimentar el Parque Metropolitano desde el año 2011 con el Proyecto de Rearborización  “Una nueva Sabana”, donde se encontró la necesidad de sustituir más de tres mil árboles enfermos o muertos. Además, a pesar de la cantidad de árboles existentes, en su mayoría, las especies eran exóticas.

Por lo tanto se comenzaron a plantar más de cinco mil nuevos árboles de especies nativas, con el objetivo de convertir a La Sabana en un ecosistema ideal para que más aves se desarrollaran. En el año 2019 se completó la meta y desde entonces, La Sabana exhibe una nueva flora con más especies autóctonas.  En el 2011 se contabilizaban 13 especies de aves, mientras que en el 2019 se registraron más de 135, muchas de ellas las pude escuchar y ver durante mi recorrido.


Luego continuamos nuestro camino hasta llegar a la Avenida Central Rogelio Fernández Güell, que es la vía basal y más antigua de la ciudad de San José, y que fue bautizada en honor a Rogelio Fernández, destacado opositor a la dictadura de Federico Tinoco y cuyo martirio sirvió para derrocar dicho gobierno autoritario.​ La avenida Central es una de las avenidas más concurridas de San José, anualmente es transitado por más de 3 millones de personas. Este es un estratégico bulevar de tránsito peatonal, a su paso te podrás encontrar varios puntos de referencia tanto a nivel económico como cultural de la capital. Entre los diferentes lugares de interés que te podrás encontrar en esta zona están el emblemático Banco Central, la plaza de los Presentes y la plaza de la Cultura, donde podrás disfrutar admirando uno de los edificios con más peso histórico y cultural de Costa Rica, el Teatro Nacional.


Caminando por esta vía llegamos hasta el pintoresco Mercado Central, el cual es el más grande de la ciudad,  que está en pie desde 1880, y declarado patrimonio cultural en 1995, porque en él se palpa la tradición y la vida de la ciudad. Es un entramado laberíntico de callejones donde te puedes sorprender con pequeñas tiendas con hermosos descubrimientos, personajes, colores, plantas medicinales, helados de sorbetera, condimentos, comidas tradicionales y los más variados productos a la venta. Aquí nos perdimos un buen rato curioseando la vida dentro de este lugar tan mágico, y que finalizamos con unos deliciosos patacones. 


Al salir el cielo se había revelado y comenzaba a llover un poco, así que abrimos el paraguas y apuramos el paso, pasando por el parque central. Este es el espacio público más antiguo de San José. Este parque es muy importante en la historia Tica, en este sitio se recibió y confirmó el Ayuntamiento de San José, la Declaración de Independencia de Centroamérica en 1821. En 1837 existió en ese lugar una plaza mayor con un teatro de paja para ofrecer espectáculos, en los cuales cada quien debía llevar sus sillas. En la esquina suroeste de esa plaza murieron fusilados el general Francisco Morazán y Vicente Villaseñor, el 15 de septiembre de 1842. Actualmente el parque es muy utilizado para eventos musicales, exposiciones, ventas o actividades recreativas de carácter público.



El agua arreció un poco más y debimos buscar un lugar cercano donde pasar un rato mientras escampaba, y es así como llegamos un par de cuadras del parque central al Mercado de la Artesanía, lleno de pequeños locales llenos de artesanías, souvenir y muchos colores. Este espacio  fue construido en el 2014, y nació de la necesidad de que los vendedores ambulantes tuvieran un espacio fijo donde establecerse.


Continuamos nuestro camino hasta llegar al Parque Morazán, uno de los espacios urbanos más importantes de esta capital, ya que está rodeado de importantes edificios históricos y sitios públicos. Bautizado en homenaje a Francisco Morazán, jefe de Estado del país durante 1842 y caudillo de la Unión Centroamericana, se destaca por su neoclásico Templo de la Música, construido por el arquitecto y pintor costarricense José Francisco Salazar y declarado Patrimonio Histórico Arquitectónico, una réplica casi exacta del Templo del Amor y la Música ubicado en el Palacio de Versalles, Francia y se caracteriza por tener una acústica casi perfecta. 


En busca de un cafecito caliente para calmar el frío, caminamos un par de cuadras a la redonda del parque Morazán, y por casualidad encontramos esta joya escondida, el Café Rojo. Y es que es una joya, no solo por su hermosa arquitectura o sus deliciosos cafés, si no por sus preparaciones frescas y artesanal inspiradas en la comida vietnamita, con diversas opciones para veganos y celíacos, pero también por ser un espacio seguro para la comunidad LGBTI.




En nuestro trayecto hacia el barrio Escalante, pasamos por el parque que quizás más me gustaría de la capital, el parque España. Este es un parque que se distingue por su gran cantidad de árboles y sus manglares de bambú.


Pasear por sus senderos mientras oyes los cantos de los pájaros es una de las mejores sensaciones que te podrás llevar de San José. Fue inaugurado en 1895 y en él los músicos José María Zeledón Brenes y Manuel María Gutiérrez interpretaron por primera vez en 1903 el himno nacional de Costa Rica. A su alrededor hay importantes construcciones, como la Casa Amarilla, con su estilo barroco español, y que fue la residencia presidencial y la Asamblea Legislativa.



Al frente está la ceiba que plantó el presidente estadounidense John F. Kennedy en su visita a Costa Rica en 1963. En la esquina noroeste del parque te encontrarás con el Pabellón, un edificio de estilo colonial de 1947, y en el que en su fachada hay una representación en cerámica de la Virgen de Orosi y la catedral de Heredia.


Como gran parte de este tour, las hermosas casualidades guiaron nuestro día, y esta vez mientras buscábamos un baño, nos topamos con la Fiesta Nacional de la Lectura, en su primera edición.



Esta fue en la nave principal de la Antigua Aduana, en Barrio Escalante, donde se reunieron diferentes escritores, librerías y editoriales de diferentes zonas del país, además de proyectos de instituciones y organizaciones no gubernamentales. Recorrimos un poco los stands, hablamos con algunos escritores, hablamos sobre libros que recomendamos y nos topamos con el libro Don Camilo, que Gonzalo me regalaría, un bonito detalle. 


Luego de una larga caminata, llegamos al barrio Escalante, uno de los más fancys de la ciudad, y donde están los restaurantes y bares más costosos, y como nos merecíamos una cerveza, entramos a la Costa Rica Beer Factory, donde probamos un par de cervezas artesanales, muy deliciosas. 



Pero por sus altos costos, decidimos continuar nuestro camino hacia el barrio California (conocido popularmente como La Cali), y es muy conocido por su vida nocturna tanto por su cantidad de bares, clubes y restaurantes como las miles de personas que lo concurren, especialmente jóvenes en fines de semana. Allí comimos unos suculentos tacos y un par de cervezas. Finalmente, tendríamos una larga caminata de regreso a nuestro hostal, para completar 18 kilómetros en total durante este maravilloso tour por gran parte de la zona céntrica de San José. Sin embargo, aún faltarían un par de joyas por descubrir y que te estaré contando en una próxima entrada.

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