Suena la alarma y rápidamente me paró, aún está oscuro y medio confundido busco entender que hacer para no demorarme en la salida. Caliento un café para encender mis baterías, y bañarme rápido, termino de empacar y voy camino al aeropuerto. De repente estoy sentando en la sala de espera, aguardando el momento de salida, que se retrasa un poco por la llegada del alcalde del lugar al que iré, Vigía del Fuerte.
El despegue estuvo mucho más tranquilo de lo que yo esperaba, pronto estábamos sobrevolando la ciudad, una ciudad contaminada, impresionante sí, pero nublada de smog. Los minutos pasaban y ya alcanzamos una buena altitud, muy baja a comparación de un avión normal, lo que me permitió tener una hermosa panorámica de mi paso por el departamento, por las altas cumbres montañosas del suroeste, entrar en las nubes y salir ante una imponente selva, el llamado pulmón del mundo.
Esta es una inmensa planicie verde, que está atravesada por el caudaloso río Atrato, que hace contraste con su café oscuro, una enorme serpiente de agua, además que se percibe que es una zona rica en humedales, pues como revise luego la mitad del territorio está compuesta por este ecosistema estratégico. Llegando se nota una inmensa cantidad de palmas, que supongo que son para hacer aceite, y además algunos focos de deforestación. El aterrizaje se sintió un poco más, pero todo salió muy bien.
A la llegada se sintió un poderoso ambiente húmedo y cálido, la pista queda un tanto alejada del pueblo, así que hay que tomar una panga o una lancha. Cómo iba el alcalde, él me arrimó hasta el pueblo.
Camino por los pasillos, buscando el abordaje de la diminuta avioneta en la que me fui. Éramos solamente 5 pasajeros, el espacio adentro es ínfimo, nos embutimos en este pequeño automotor. Las ruedas rápidamente fueron despegando, en un ruido ensordecedor, para el que necesite ponerme un par de algodoncitos en mis oídos.
El despegue estuvo mucho más tranquilo de lo que yo esperaba, pronto estábamos sobrevolando la ciudad, una ciudad contaminada, impresionante sí, pero nublada de smog. Los minutos pasaban y ya alcanzamos una buena altitud, muy baja a comparación de un avión normal, lo que me permitió tener una hermosa panorámica de mi paso por el departamento, por las altas cumbres montañosas del suroeste, entrar en las nubes y salir ante una imponente selva, el llamado pulmón del mundo.
Fui buscando mi hospedaje, donde doña Teo, que justo quedaba a todo el frente de la alcaldía, una habitación tranquila, con lo básico, pero que durante todo el día estaría sin luz, cómo pasa en gran parte de los días en este municipio, que se va y viene sin horario definido, y que los más afortunados pueden usar una planta, que aparte de generar un ruido tremendo, también contamina el aire. Descanse un ratito, pero el calor que se acumula en esa habitación sin luz y sin ventilador, me hizo salir a comenzar mis labores.
Anteriormente este territorio se llamaba Murrí, entonces se hizo fuerte y vigía (de ahí su nombre) contra los españoles que lo quisieron conquistar. Ahora es considerado como el mirador del Río Atrato, por ser un lugar rico en biodiversidad de fauna y flora dentro de la región, una joya de la vegetación colombiana, donde se encuentran majestuosos cuerpos de agua y grandes historias detrás de su diversidad cultural.
Anteriormente este territorio se llamaba Murrí, entonces se hizo fuerte y vigía (de ahí su nombre) contra los españoles que lo quisieron conquistar. Ahora es considerado como el mirador del Río Atrato, por ser un lugar rico en biodiversidad de fauna y flora dentro de la región, una joya de la vegetación colombiana, donde se encuentran majestuosos cuerpos de agua y grandes historias detrás de su diversidad cultural.




El rio Atrato es un río moribundo y envenenado, uno de los más caudalosos de Colombia, y del mundo, y a la vez uno de los más contaminados por la minería, una mezcla de mercurio, cadmio, arsénico, entre otros. Se han hecho estudios donde prácticamente todos los habitantes están contaminados, y están sufriendo por esto silenciomente.




